“Traumas de la infancia”

Cada vez que mi jefe me grita, siento una angustia terrible, como si fuera un niño otra vez siendo regañado por mi padre

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Me cuesta mucho confiar en las personas, siempre tengo la sensación de que me van a abandonar, como cuando mis padres se divorciaron cuando era pequeño

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Me resulta difícil expresar mis sentimientos, mi familia nunca fue de hablar de emociones y ahora no sé cómo hacerlo

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Tengo un miedo irracional a la oscuridad, me recuerda a cuando me encerraban en mi habitación como castigo

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Cuando alguien me toca sin avisar, me sobresalto de manera exagerada, como si todavía estuviera en esa situación de abuso que sufrí en mi infancia

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Me cuesta mucho tomar decisiones, siempre espero que alguien más lo haga por mí, como cuando era pequeño y dependía completamente de mis padres

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Cada vez que alguien me critica, siento que me derrumbo por dentro, como si todavía fuera esa niña que era humillada en el colegio

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Siento una gran inseguridad acerca de mi cuerpo, siempre fui el gordito del grupo y eso me ha marcado

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Tengo un miedo irracional a los perros, uno me mordió cuando era pequeña y aún no lo he superado

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A veces siento un gran vacío en mi interior, como si algo me faltara, pero no sé exactamente qué

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Cuando alguien se enfada, siento una necesidad imperiosa de calmarlo, siempre era yo quien tenía que mediar en las peleas de mis padres

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Me resulta muy difícil decir que no, siempre me enseñaron que debía ser complaciente

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Tengo un miedo irracional a la soledad, me aterra la idea de estar solo como cuando era niño y mis padres trabajaban todo el día

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A veces siento una rabia incontenible, pero no sé exactamente a qué o a quién va dirigida

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Cuando alguien me ignora, me siento invisible y sin valor, como cuando mis hermanos mayores no me dejaban jugar con ellos

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Cada vez que cometo un error, siento que el mundo se me viene encima, como si no tuviera derecho a equivocarme

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Me cuesta mucho aceptar los cambios, siempre me han dado miedo

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A veces siento que no merezco ser feliz, como si todavía fuera esa niña que siempre era castigada

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Cada vez que alguien me muestra afecto, me pongo a la defensiva, como si no me lo mereciera

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Cuando estoy en un lugar desconocido, siento una ansiedad abrumadora, como si todavía fuera ese niño perdido en el supermercado.

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